El rostro de Sanjay perdía color minuto a minuto. El vial conectado a su muñeca no cesaba de transportar sangre al interior de la recreativa, pero ya no podía parar. Estaba a punto de conseguirlo.
El chico hacía saltar al mago de la pantalla, esquivando los ataques de los esqueleto y contraatacando rayos mágicos. Y finalmente, aparece Drekmor, el jefe final.
La pantalla se torna negra y un fatal mensaje aparece: «ERROR DE LECTURA». Juego averiado. Sanjay se desconecta entristecido y piensa en la sangre que iría rumbo a un continente rico, donde los niños no compran diversión con ella.
Este es un microrrelato de 100 palabras para el reto ‘Escribir jugando’ de El Blog de Lídia, correspondiente a la propuesta del mes de Noviembre.
¡Qué bueno! Me encanta. Es una distopía escalofriante, pero que no se aleja tanto de la realidad, si cambiamos la máquina recreativa por trabajo infantil… 😦 En fin, muy buena participación con moraleja y crítica incluidas. Siempre me haces reflexionar.
Muchas gracias, Sergio. Un abrazo.
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¡Muchas gracias, Lídia! Un saludo.
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Hola Sergio
Puede que no la sangre, pero la salud se ha jugado más de una vez en los recreativos.
Un abrazo
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Razón no te falta jeje. Muchas gracias por echar un vistazo a mi entrada, Ratonet. ¡Un saludo!
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Pingback: EJ: Creaciones participantes | El Blog de Lídia
Me ha tocado leer dos veces tu relato para comprenderlo totalmente y me he quedado con el corazón entristecido… que dura a veces la realidad aunque suene a ficción.
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A veces uno no sabe lo fácil que lo ha tenido hasta que ve por lo que han pasado otros… Muchas gracias por echar un ojo al micro-relato, Scraptella. ¡Un saludo!
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