Noto como mi sangre empieza a entrar en ebullición. La frustración se acumula en mí, alimentando la caverna en ascuas en la que se ha convertido mi corazón. Cada latido hace brotar fuego en forma de palabras de mi boca, como si fuera un dragón. He dejado de ser persona para convertirme en un berserker.
Ya no trago tus falacias, ni sigo tus retorcidos juegos. Se acabó el usar la sonrisa como escudo ante las flechas envenenadas que son tus ideas. Olvídate del dócil cachorro en el que me habías convertido, pues ahora soy un guerrero. Se acabó mi silencio.
Este es un microrrelato de 100 palabras para el concurso ‘Escribir jugando’ de El Blog de Lídia, correspondiente a la propuesta del mes de Octubre.
Un micro muy potente, con mucha garra. Parece casi una declaración de intenciones salida de las mismísimas entrañas.
Me gusta el uso metafórico de la caverna de las ascuas 😉
Muchas gracias por tu participación.
Saludos 🙂
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¡Muchas gracias, Lídia!
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Muy intenso. Me quedo con ganas de saber más sobre el berseker. Un abrazo.
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Muchas gracias por echarle un ojo, Sechat.
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